lunes, 21 de diciembre de 2015

Las sábanas, los gatos y el óxido en el Hospital Regional de Loreto


Para muchos podría tratarse de un tema menor, pero no lo es; la falta  de sábanas en un hospital que hace que los pacientes traigan los suyos y la presencia de gatos en todas partes representa un problema de fondo mucho más grande.

Ya he visto a varios directores intentar solucionarlo, pero nada. No pueden controlar las sábanas por que "nadie se hace responsable o quiere hacerse responsable" "los pacientes y familiares se llevan las sábanas" "la lavandería es antigua y no se puede" y otras tonterías parecidas, en realidad esconde la incapacidad del director de turno para organizar al personal y hacer cumplir las normas, conseguir presupuesto para sábanas limpias y personal capacitado; implica además la complicidad de todos, ¿donde está el área de calidad, control interno, comités de infecciones y epidemiología? ¿donde están los entes reguladores como SuSalud, el defensor del pueblo de Loreto, etc? y también - mea culpa - está la complicidad de los profesionales que trabajamos día a día en esas condiciones viendo y atendiendo pacientes en condiciones que jamás permitiríamos para nosotros mismos o nuestros seres queridos por que sabemos los riesgos que implican. Y entonces ahí está el mayor afectado y la última preocupación del sistema: el paciente; pero no cualquier paciente, es el paciente campesino, nativo y pobre de la Amazonía que la mayoría de las veces ni siquiera se reconoce con el derecho de un trato digno en su Hospital regional de Loreto.
De similar magnitud es el problema de las pinturas y el óxido que corroe a las camas y otros materiales. Que el clima tropical y la humedad, mentira, hay tratamientos especiales que tienen que recibir las paredes y metales para que eso no suceda, pero, no importa total el paciente no se queja y es mejor y mas barato pintarlo cada cierto tiempo sobre todo si se acerca alguna supervisión o nos visita el ministro.
Finalmente están los visitantes "habituales" del hospital, los gatos y perros, andan como pedro en su casa, cerca a los pacientes inmunosuprimidos, diabeticos, cerca  a los familiares que duermen en el piso, en el comedor, y hoy para rematar y percatarme de que estos es insostenible, mientras me ponía las "botas" para ingresar al ambiente "estéril" de la UCI, un gato paseándose por el servicio.

No quiero ofender a nadie de mis pocos pero distinguidos lectores analizando las terribles implicancias que estas cosas tienen sobre las infecciones intrahospitalarias dentro del servicio de Infectología y del hospital en general.

Existen un mínimo de condiciones para atender a un paciente con dignidad y respeto a su derecho fundamental a la salud, un mínimo de condiciones para cumplir el principio de lex artis de la medicina que a mi parecer aquí ya se han transgredido.

Espero no ganarme la enemistad de nadie, de los colegas, maestros y amigos con esto, se que se puede ser mas solapado, menos brusco, pero creo que tenemos - me incluyo - que sacudirnos de esta forma tan complaciente de ver estas cosas.

"Cualquier ineptitud suficientemente avanzada es indistinguible con la maldad". Arthur C. Clark