sábado, 23 de octubre de 2010

La necesidad de las vacunas

Diversas controversias recientes han disminuido la aceptación de las vacunas, a pesar de que estas han liderado la prevención de muchas enfermedades y prevenido numerosas muertes. La disminución de la incidencia de muchas enfermedades infantiles prevenibles por vacunas ha limitado el interés por las vacunas. En parte, las vacunas han sido víctimas de su propio éxito. El escepticismo actual hacia las vacunas debe ser contrarrestado con una campaña de vacunación clara y abierta para toda la comunidad. Las vacunas son una de las herramientas más costo- efectivas para la protección contra las enfermedades infecciosas. La introducción de diversas vacunas ha permitido una disminución significativa de la incidencia de muchas enfermedades, por ejemplo ha hecho posible la de disminución de la incidencia de poliomielitis en un 96% dentro de los 7 años posteriores a la introducción de las vacunas contra poliomielitis Salk y Sabin.

Las vacunas han cambiado nuestra forma de vida, en muchas zonas del mundo enfermedades como poliomielitis, sarampión y rubéola ya no son una amenaza, y la erradicación de la viruela ha permitido salvar cientos de millones de vidas.

La información inadecuada y cierta desconfianza hacia las vacunas, han impactado negativamente en la percepción de las personas respecto a las vacunas y esto conllevó a la disminución de las tasas de coberturas de vacunación con el consecuente aumento en la incidencia de las enfermedades, como por ejemplo el sarampión, la tos convulsa, entre otras.

Frente a la presentación de reportes falsos sobre los peligros de las vacunas, los padres se preocupan, tal vez con razón, acerca del balance entre los riesgos potenciales de las vacunas y los beneficios obtenidos.

Diversos factores pueden mejorar la aceptación de las vacunas, entre ellos la obligatoriedad de la vacunación; de todas maneras esto ha llevado a la oposición por parte de la comunidad en ciertas oportunidades y no ayudará a restablecer la confianza requerida para mantener altas tasas de vacunación. Ciertamente, un enfoque más prometedor es mejorar la educación de los padres sobre los riesgos y beneficios de la vacunación para mostrar un escenario claro de la importancia de las vacunas y su seguridad.

Las tasas de vacunación necesitan aumentar por medio de un esfuerzo en la educación, que involucre a todas las partes del proceso, puede favorecer el alcance de esta meta. Los profesionales de la salud conocen la importancia de las vacunas, y si pudieran transmitir este conocimiento a la comunidad, se podrían deshacer algunos de los perjuicios hechos por las recientes controversias.-

jueves, 29 de julio de 2010

Los pacientes del corazón pueden viajar en avión.

Viajar en avión no supone ninguna amenaza significativa para la salud de los pasajeros auque tengan, incluso, trastornos cardiovasculares graves. Esto es lo sugiere un informe elaborado por la Sociedad Cardiaca Británica y publicado en Heart.

Del informe se desprende que el principal impacto de los viajes aéreos es respirar aire con un contenido de oxígeno reducido. Por tanto, los pasajeros que ya presenten un riesgo elevado de angina de pecho, ataque al corazón, insuficiencia cardiaca o arritmia pueden verse afectados negativamente por la hipoxia hipobárica, pero parece no tener ningún efecto circulatorio adverso o bien éste es mínimo y no en vuelos cortos o medios.

La recomendación reconoce también el potencial negativo del estrés del aeropuerto sobre la salud cardiovascular. Este trastorno es producido por las medidas de seguridad, la amenaza terrorista y el manejo del equipaje. No obstante, la mayoría de aeropuertos disponen de servicios para asistir a las personas con problemas de salud o discapacidad.

Por lo tanto, "sólo deberían aplicarse restricciones razonables cuando el trastorno subyacente esté asociado a un riesgo notable de deterioro agudo, porque el resto de pasajeros, puede volar siempre que tomen su medicación, que no se esfuercen demasiado y que puedan acceder al oxígeno durante el vuelo y a la asistencia en el aeropuerto, ", añade el informe.

Asimismo, llevar un marcapasos tampoco prohíbe volar. Aunque en un vuelo de larga distancia se duplica el riesgo de trombosis venosa profunda, el riesgo es similar al que se experimenta en un viaje en coche, autobús o tren con una duración parecida.