miércoles, 16 de enero de 2013

Los Brotes y la alerta temprana en Perú

Recién a finales del 2012, me acabo de enterar de que en Iquitos o en la Amazonía tuvimos un brote de Influenza H3N2 a finales del 2011 e inicios del 2012 y otro de Influenza B; y esto me trae a la memoria que por esas épocas sospechábamos de un brote de influenza que preguntando preguntando me llevo al dato de que se había aislado Influenza H3 en una muestra, pero ahí quedó. Los reportes internacionales decían de un brote de H3N2 con un variante mas patogénica. La información aunque ya tarde es muy valiosa.
La cuestión de fondo es, que para los que tomamos decisiones clínicas tener datos o alertas tempranas de un brote de influenza de una variante que podría ser mas patogénica, puede alterar o variar nuestra decisión de ser mas o menos agresivos con el tratamiento de una neumonía en un niño, anciano (a propósito de nuestro primer lugar en muertes por neumonía en menores de 5 años). Y lo mismo sucede en Loreto con nuestros ya  ondulantes brotes de Leptospira, malaria, dengue; la Región es tan amplia que tener una alerta temprana de un brote de malaria por tal o cual cuenca nos ayuda mucho a decidir el manejo empírico de un febril grave o con signos de alarma.
Las instituciones que hacen la vigilancia tienen la responsabilidad de alertar tempranamente sobre estos casos y hacer todo lo posible para que esa información llegue a las emergencias y a los sitios mas apartados del país y no solo a las unidades de epidemiología de cada Región (donde muchas veces duerme). En estos tiempos de la información y comunicación recibo en mi correo alertas de 3 países (de sus ministerios), el ProMed mail y hasta el boletín de Cordoba (España) pero ningún boletín de Perú  y menos de Loreto (y eso que en Loreto tenemos el peor internet de la galaxia). A esto hay que agregar claro que en muchas regiones nuestros amigos epidemiólogos andan todo nerviosos por lo que podría decir el Diario chicha más escandaloso de su región y no dan la alerta necesaria para los clínicos. Finalmente, es responsabilidad de los clínicos exigir la información oportuna y participa activamente e la vigilancia.

Recomendado:


Oriente: Entre las SE. 41 del 2011 hasta la SE. 1 del 2012, ha presentado un brote de influenza A (H3N2) y entre las SE. 11 a la 35 del presente año, otro brote por virus de influenza B (brote que se inició 12 semanas antes que en el resto del país), con porcentajes de positividad a virus de influenza entre 50 – 60% y entre 20 – 60% respectivamente. De acuerdo con publicaciones del comportamiento de influenza en Iquitos, la mayor circulación de virus de influenza es en la temporada de incremento de lluvias (2). Durante la SE. 45, se notificó un brote de influenza B en el centro poblado San Isidro, distrito La Peca, provincia Bagua, región Amazonas, donde se identificaron 43 casos con síndrome gripal (Tasa de ataque de 9,4%) confirmándose influenza B en 6 casos.


Influenza A (H3N2) Variant Virus-Related Hospitalizations—Ohio, 2012 |JAMA 2012 FREE |


Bacterial Coinfection in Influenza A Grand Rounds Review | JAMA 2013 Free |

Bacterial coinfection complicated nearly all influenza deaths in the 1918 influenza pandemic and up to 34% of 2009 pandemic influenza A(H1N1) infections managed in intensive care units worldwide. 
Although influenza infection typically results in lower mortality rates in younger individuals, H3N2 influenza viruses that were prevalent in 1997 and 2003 (ie, A/Sydney[H3N2] and A/Fujian[H3N2])15 and the emergence of the 2009 pandemic influenza A(H1N1) virus resulted in excess mortality in younger age groups.
Bacterial coinfection complicates approximately 0.5% of all influenza cases in healthy young individuals and at least 2.5% of cases in older individuals and those with predisposing conditions.16Individuals at high risk of developing influenza-related complications including coinfection include adults 65 years or older, children younger than 5 years, pregnant women, people who are morbidly obese (body mass index ≥40, calculated as weight in kilograms divided by height in meters squared), and people with preexisting medical conditions including chronic pulmonary, cardiovascular, renal, hepatic, neurologic, metabolic, or immune-suppressing conditions.

Diagnosis: Diagnosis of coinfection can be difficult but should be suspected in patients who present with influenza-like illness and dyspnea, tachypnea, hypoxia, or signs and symptoms of sepsis.
Treatment: Early empirical antiviral treatment and antibiotic treatment with a respiratory fluoroquinolone or a combination β-lactam plus a macrolide should be initiated in all individuals with suspected coinfection
Antibiotic coverage for methicillin-resistant Staphylococcus aureus should be initiated when patients have signs of necrotizing pneumonia, including rapid onset of acute respiratory distress or hemoptysis.