lunes, 15 de febrero de 2016

Acceso a las vacunas antirrábicas seguras - recordando del 2008 al 2016

Por allá por el año 2008 el Dr. Gomez publicaba esta editorial en Boletín Epidemiológico (Lima), Vol. 17 (44), 2008. Al parecer seguimos utilizando las vacunas producidas en cerebro de Raton Lactante

En el 2008, las direcciones regionales de salud han notificado 6 casos de rabia canina en el departamento de Puno, considerado como un área enzoótica de rabia urbana, felizmente sin casos humanos. También se han notificado 129 casos de rabia en diferentes especies de mamíferos domésticos y silvestres, cuya fuente de origen son los murciélagos hematófagos, aunque no se han reportado casos humanos, el año anterior, se presentaron 23 casos de rabia humana transmitida por vampiros, y la rabia silvestre mantiene áreas enzoóticas en casi toda la selva y en algunos valles interandinos del territorio peruano. Esta situación exige mantener el acceso a las vacunas antirrábicas para proteger a la población humana.
Existen varios tipos de vacunas antirrábicas, las elaboradas en tejido nervioso (VTN) sean tipo Simple o Fuenzalida Palacios (CRL) como la producida en el país y el grupo de vacunas modernas elaboradas en cultivos de células o en embriones de aves desarrolladas hace más de 20 años. Este último grupo, cuando se usa apropiadamente, proporciona casi el 100% de protección con un alto grado de seguridad (Dreesen 1997).
A nivel mundial, las VTN están siendo reemplazadas lentamente por vacunas elaboradas en cultivos de células o en embriones de aves. En la década de los 90s la OMS aprobó el esquema intradérmico con vacunas modernas como el esquema Thai Red Cross (Cruz Roja Tailandesa) o el “Oxford”, que son hasta un 70% menos costoso que el régimen "Essen" por vía intramuscular utilizando la misma vacuna (Wilde, Tipkong et al. 1999). Esquemas que han ayudado a suprimir el uso de vacunas derivadas de tejido cerebral que son peligrosas y poco inmunogénicas en Tailandia, Filipinas y Sri Lanka. Así como existen preocupaciones sobre la inmunogenicidad de las VTN, también tienen un pobre historial de seguridad y pueden causar "accidentes neuroparalíticos", como encefalitis, mielo-radiculopatías, síndrome de Guillain-Barre, síndrome de neuropatía periférica y otras entidades neurológicas asociadas a las VTN (Toovey 2007).
Aunque se percibe comúnmente que los costos de las VTN son inferiores a las modernas vacunas de cultivo celular (5.7 vs 160 dólares NA), al costo real se le debe incluir los costos de los eventos adversos asociados con su uso, incluyendo todos los gastos a la sociedad y para el paciente. En nuestro país, por ejemplo para realizar una intervención de prevención de rabia humana en Comunidades Indígenas Amazónicas de difícil acceso, debemos incluir otros costos, como duración de la intervención relacionada con el tiempo que dura la aplicación del esquema (67 vs 21 - 28 días), el número de visitas a cada paciente (10 vs 4-5 visitas con vacunas de cultivo celular dependiendo del esquema indicado), que redunda directamente en gasto en combustible, pago de personal de salud y lo usualmente tampoco considerado, el personal de estos establecimientos solo se dedica a la intervención dejando de atender otras demandas de salud.
En 1984, la OMS recomendó la suspensión del uso de las VTN. La última consulta de expertos de la OMS sobre la rabia, recomienda enérgicamente, que el uso de las VTN debe interrumpirse (WHO 2005). En el 2006, el IV Simposio Internacional sobre Control de Rabia en Asia, hizo un llamado para descontinuar la producción de VTN. En el Perú, se requiere priorizar el proyecto de producción de vacuna de cultivo celular y que a mediano plazo, se alcance a ser autosuficiente para atender la demanda interna y descontinuar la producción de vacuna CRL que venimos utilizando por muchos años.
Méd. Epid. Jorge Gomez B